7.28.2011

Y F dijo: Hagas lo que hagas, siempre estarás equivocado



Me preguntó cuando no respeté a mis hijos…
Herido y dolido, le di la vuelta a la pregunta.
Volví a leer con aire inquisidor dos manuales de sicología para descubrir los fallos de mi comportamiento. Cuando acabé la lectura de estos tratados, recapacité y llegué a la conclusión que todos los padres que conocía, y yo inclusive, deberíamos estar purgando una pena en la cárcel... o en el purgatorio para los más creyentes.
Si tengo que hacer un MEA culpa, sería menester indagar sobre la palabra respetar. ¿Qué significa respetar? Según mi diccionario es tratar a uno con veneración, observar las leyes, abstenerse de maltratar, atacar, destruir. Tengo que confesar mi primer fallo. No he venerado a mis hijos sino que los he amado, educado. Les enseñé a ser responsables, autosuficientes, independientes, según, lo admito, unos criterios muy personales, basados en el amor, el respeto, algunos libros de sicología y la oposición a los patrones establecidos por nuestros antepasados.
¿Quiere usted detalles? Los matriculé en los mejores colegios, les incité a hacer mucho deporte, les conduje hacia la lectura, el arte, el compañerismo.Los desvié de los programas de televisión, ofreciéndoles paseos en bici, a caballo, fiestas infantiles, juegos y lecturas con nosotros, sus padres.
¿Qué hubiera tenido que hacer para respetarles? ¿Dejarles los pañales puestos hasta que ellos decidiesen, a los 7 o 8 años, que ya es hora de ir solito al aseo? ¿Preguntarles cuando nacieron si querían ser bautizados o circuncidados ( en vez de esperar que estuvieran capacitados para decidirlo), sonsacarles a los cuatro años si preferían estudiar en un colegio inglés, en vez del que habíamos escogido mi esposa y yo, denegarles nuestra ayuda cuando se equivocaban para que ellos solitos resolvieron sus problemas?
Mi pregunta, es saber ¿cuando un niño es responsable de sus actos, cuando puede decidir por si sólo? ¿A los dos años, diez años, a los quince? Usted claro me contestará que cada chaval es un mundo y que no se puede aplicar una regla tajante, que cada progenitor se debe amoldar a sus circunstancias.
Mi observación de la vida, me ha conducido a reparar en que mis amigos, muy progresistas, educaron a sus hijos según unas políticas bastante alejadas de las mías, dejándoles elegir en todo momento, desde que iban a gatas, las prioridades de su vida. Y cuando platico de prioridades o preferencias, hablo de un donuts grasiento a los once meses, una videoconsola a los dos años, o la tele encendida todo el tiempo, rabietas histéricas en la calle porque los padres no compraron una chuchería... ¿ Para qué contar más cosas? Estos niños, sí fueron respetados, pero su educación fue una catástrofe, su integración en la vida social y laboral una hecatombe, y pasaré los detalles sobre la relación con sus padres.
Y como no, le contaré de una conocida mía, psicóloga infantil que me llamaba para preguntarme mi opinión, sobre las salidas nocturnas de sus hijos, el tabaco... Ahí no se acaba el asunto. Esta señora y su esposo tienen, actualmente, problemas graves con dos de sus tres hijos, problemas más peligrosos que los que tenemos los demás padres.
Ni la dulzura, ni los consejos, ni las pautas psicológicas, ni el supuesto respeto funcionan cuando los hijos han decidido que ellos son la ley, ellos son el mando, ellos vivirán de los padres hasta que puedan vivir de sus propios hijos.
Lo siento mucho, no encuentro falta de respeto en mi conducta y no estoy dispuesto a culpabilizarme por algo que no hice.
Los padres frustrados seguiremos “dialogando” en el vacío hasta que sus hijos quieran hablar. Entonces, si hablan, los escucharemos y les ayudaremos...si ellos quieren.

Harmonie Botella

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