Me equivoqué. Cogí el camino opuesto al que me vendieron. En vez de volar hacia esta ruta tan iluminada, me introduje en el sendero bullicioso , que me guiñaba el ojo y me sonreía, atajo donde los matices grises jugaban con los pocos rayos de luz los aplastaban, humillaban hasta reducirlos al silencio. Inhalé este tétrico y deslucido elipsis que envolvió la esencia de mi ser. Olvidé vivir. Olvidé los matices. Y hoy me despierto en el albor de la negrura lista para hundirme en el acerbo abismo sin fondo.
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